Los
niños de 5º, 6º, 1ºESO y 2ºESO fuimos a una excursión a las
cuevas de Sorbas.
Lo
primero que hicimos al llegar fue separarnos en grupos y ponernos el
casco y una luz en la cabeza. Para llegar a las cuevas tuvimos que
pasar por una pequeña rambla. Antes de entrar nos echamos una foto
todos juntos.
Una
vez dentro, una simpática guía nos iba explicando el origen de la
cueva, sus estratos. Ésta estaba compuesta, en su mayoría, por
yeso, que era un material muy suave y nos gustaba tocarlo. Lo que más
nos gustó a la mayoría fue escalar y arrastrarse.
Ya
cerca de la salida la guía nos pidió que apagáramos la luz de
nuestro casco y que permaneciéramos en silencio. Aunque parezca una
contradicción !pudimos escuchar el silencio!
Cuando
salimos de la cueva comimos bajo el porche de unas instalaciones que
había allí. Había una tienda de “souvenir” donde pudimos
comprar las fotos que nos echaron o algún recuerdo de allí.
Por
la tarde estuvimos en un centro de interpretación de la naturaleza
donde vimos un vídeo sobre el clima, la fauna y la flora del lugar.
La
excursión no terminó aquí sino que todavía nos quedaba una
emocionante ruta senderista por el borde del Río Aguas.
Cogimos
un camino, a veces muy estrecho y otras lleno de vegetación, que
daba a un barranco. También llegamos a un mirador desde el que
pudimos ver los enormes bloques de yeso que había en el fondo del
río. Todo era muy emocionante porque parecíamos exploradores dentro
de una selva salvaje llena de cañas y pequeñas corrientes de agua,
que teníamos que atravesar por puentes hechos con palos.
Subidos
en uno de esos grandes bloques de yeso vimos un pequeño estanque de
agua cristalina y una culebra y algún que otro galápago.
Contentos
por el gran día vivido había que regresar al colegio. Camino de
vuelta algunos se quedaron dormidos.
Articulo realizado por la alumna de 2º de ESO María Soler Peréz.